"El dióxido de cloro compuesto (ClO2 ) no es un descubrimiento reciente. Humphry Davy hizo el gas en 1814 al reaccionar ácido clorhídrico con clorato de potasio. En los últimos años, se utiliza el ácido clorhídrico para la producción de grandes cantidades de dióxido de cloro. En lugar del clorato de potasio, normalmente se utiliza clorito de sodio (NaClO2 ). El dióxido de cloro (ClO2 ) es un gas sintético que no ocurre de manera natural. Disuelto en agua tiene un color amarillento-verdoso, con un olor irritante parecido al cloro. Aunque el olor es muy parecido, el dióxido es muy diferente al elemento del cloro en sí, tanto en estructura química como en cuanto a su comportamiento, porque es un compuesto neutro del cloro, que no se combina fácilmente con otras sustancias. La clave de estas recuperaciones de distintas enfermedades, a partir del uso de una única sustancia (el dióxido de cloro) y confirmadas por cientos de testimonios, es que debe haber “algo” en común en todas ellas.
Para comenzar, se trata de un oxidante, es decir, de una sustancia que facilita la combustión porque añade oxígeno a todos los procesos, a diferencia de otros medicamentos que habitualmente funcionan envenenando a los patógenos. El oxígeno no se acumula en el cuerpo y por lo tanto es un proceso fármacodinámico muy diferente. La oxidación, además, es utilizada de manera similar y natural por nuestras células de defensa, como los neutrófilos en el proceso de fagocitosis, que no es otra cosa que engullir y combustionar al enemigo (dicho de manera simple). El dióxido de cloro en realidad es un gas de color amarillento hasta amarillento rojizo, que se evapora rápidamente en el aire, si la temperatura está por encima de los 11 °C. Como gas, cuando no está disuelto en agua es muy reactivo y puede causar una deflagración si la concentración es muy alta y la presión del gas está por encima del 10%.
Ésta es la razón por la cual en la industria, habitualmente se fabrica el dióxido de cloro en el lugar donde se necesita. La industria trabaja con el dióxido de cloro en el blanqueo de papel, donde se utiliza de manera muy concentrada y en grandes cantidades, conjuntamente con clorato sódico. Otro de los mayores usos a nivel industrial, es en la desinfección de aguas públicas, con el fin de crear agua potable saludable y segura para la ingestión humana. Es un desinfectante tan eficaz, que se utiliza tanto para la desinfección de alimentos, como incluso para la descontaminación de armas biológicas de uso militar, como el ántrax (carbunco). Debido a la capacidad de eliminar virus, hongos e incluso esporas, el dióxido de cloro es una sustancia excelente para el lavado de vegetales; es seguro utilizarlo y cumple con las regulaciones alimenticias. Se utiliza en las manzanas para eliminar listeria y la bacteria E. coli, en patatas contra la caspa de patata y, en cítricos, contra el moho verde y la putrefacción amarga. En el agua de piscifactoría, contra la anemia infecciosa del salmón y la necrosis pancreática infecciosa.
El dióxido de cloro es la mejor opción de la industria de alimentos (aditivo autorizado = E926) debido a que tiene una muy baja toxicidad residual y ha demostrado que es un compuesto seguro, cuando es usado adecuadamente. Uno de los aspectos más importantes es que el dióxido de cloro es extremadamente soluble en agua sin crear enlaces químicos, es decir, es un gas que realmente se disuelve por completo en el agua. Esto es debido a que tiene una estructura molecular extremadamente parecida a la molécula del agua y por ésta y otras razones más, se disuelve completamente. Una vez que está disuelto en el agua también es capaz de reaccionar rápidamente con otros componentes, sobre todo si son de pH ácidos.
Cuando el dióxido de cloro reacciona en el agua, libera oxígeno por un lado y por el otro lado forma el ion de clorito (ClO2 - ). El ion es una molécula que está eléctricamente cargada, como si fuera una batería, y en nuestro caso el ion de clorito lleva una carga eléctrica negativa y también es muy reactivo. El ion de clorito, que tiene una carga negativa, busca para compensarse una carga positiva, para ser estable. En nuestro caso, es el sodio, y lo que tenemos entonces, es clorito sódico. Si esto a su vez lo volvemos a disolver en agua, se forman iones de clorito e iones de sodio".
FUENTE:
Kalcker, A. (2020). Salud Prohibida.Voedia
HISTORIA DEL DIÓXIDO DE CLORO